Sin sorpresas, y según lo vaticinado esta semana en el Congreso, el PSOE ha conseguido sacar adelante este jueves su reforma a la ley del ‘solo sí es sí’ con el apoyo del PP. Los socialistas han conseguido apoyos más que suficientes para que se apruebe la primera reforma de uno de los proyectos estrella del Gobierno, que, sin embargo, fue impulsada sin el beneplácito de la otra parte que lo conforma, la de Unidas Podemos. Se envía así al Senado —con los votos a favor del PSOE, PP, PNV, Cs y Junts— para que quede definitivamente aprobada y pase a sustituir aquellas partes que modifica de la actual ley de libertad sexual.
Los morados, junto a los aliados parlamentarios habituales del Ejecutivo —ERC y Bildu—, han reprochado a los de Ferraz que hayan propiciado una modificación del Código Penal sin la “mayoría feminista”, mientras el PSOE justifica que su propuesta responde a un “ejercicio de responsabilidad” para con la ciudadanía. “Solo el PSOE se ha sentado a elaborar una solución viable que solvente este problema”, ha subrayado la secretaria de Igualdad, Andrea Fernández, en referencia a las más de 978 rebajas de condenas que, según el CGPJ, han aprobado los tribunales desde que entró en vigor la ley en octubre.
La diputada socialista ha negado que su reforma desplace el consentimiento del centro de la ley, como le acusan los de Unidas Podemos, y ha asegurado que se trata únicamente de una “reforma técnica” que ajusta las penas por cada delito y no toca “ni una coma” de la definición de consentimiento. “Este debate hubiera merecido más argumentos y menos ruidos”, ha espetado desde la tribuna.
Ha querido, eso sí, justificar la búsqueda de apoyos en la bancada popular (sin los cuales la iniciativa habría caído en saco roto) hablando del “consenso” y el “diálogo”, frente a la “imposición” y el “insulto”; y presumiendo de la “generosidad” del PSOE en otros momentos, como cuando retiró las enmiendas contra el proxenetismo que hicieron peligrar su tramitación inicial. Con todo, su sensación respecto a los populares es, para Fernández, “agridulce”, pues cree que han intentado “sacar rédito de un tema como la violencia sexual” y “generar miedo y conflictividad social”.
Un “día triste” para Unidas Podemos
El ambiente de tensión se ha mantenido durante todo el debate, celebrado poco tiempo antes de que el arco parlamentario del Congreso reflejara la foto de la división del Ejecutivo. Para el grupo confederal, el de este jueves ha sido un día “triste”. Así lo ha confesado la ministra de Igualdad, Irene Montero, en su intervención final: “Hoy es seguramente el día más difícil que yo he vivido en este Parlamento”. Montero ha lamentado la “vuelta atrás” que implica la reforma a una norma que “costó muchos años de movilizaciones” y que implicará basar “la credibilidad de la víctima en las heridas que tiene sobre su cuerpo”, al volver a introducir la violencia y la intimidación como subtipos agravados para elevar las penas hasta dos años más cuando concurran.
El hecho de que el PP haya votado a favor, es, para Montero, señal suficiente para advertir que “no es un avance, sino un retroceso”, que, a su juicio, podría haberse evitado impulsando una “respuesta unitaria”. En la misma línea ha ido el discurso de la diputada morada, Lucía Muñoz, quien ha sostenido que los socialistas “no han tenido voluntad negociadora” en ningún momento, y que han rechazado “todas las posibilidades de llegar a un acuerdo” ofrecidas por los socios de la coalición.
El PP exige dimisiones y culpa a Sánchez de las rebajas
Los populares han sido los únicos que han aplaudido y ovacionado la aprobación de la reforma, frente las caras largas de Unidas Podemos y la inexpresividad de los socialistas. El PP se ha erigido este jueves como el partido que se guía por una “política para adultos”, en palabras de su portavoz Cuca Gamarra, que ha hablado de “derogación” de la ley del ‘solo sí es sí’. Para la diputada popular, la modificación de la ley llega tarde y responde “única y exclusivamente” al temor del Grupo Socialista ante el “efecto electoral” que podía provocarles la “sangría” de rebajas de condenas a delincuentes sexuales.
Gamarra ha cargado también contra el “gran ausente” del debate de este jueves, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien acusa de ser el “máximo responsable de todo lo que está pasando”. Así, ha pedido que deje de taparse el “mayor escándalo político de la legislatura” y que el Ejecutivo asuma las “responsabilidades políticas” a modo de “ceses y dimisiones”.
Los socios acusan al PSOE de deslealtad
También han caído reproches por parte de los socios habituales del Ejecutivo en el Parlamento. La diputada de ERC Pilar Vallugera ha querido poner el foco en la trascendencia que la votación de este jueves acarrea “en términos políticos”. Que el PSOE se “alíe” con el PP para modificar una ley impulsada por una ministra de su Gobierno, “no es una prueba de lealtad”, ni de “respeto” o de “buen gobierno”. “¿Ustedes son conscientes de lo que están haciendo? Tres años machacando con que el PP es antifeminista y ahora les compran la reforma”, ha espetado con dureza durante su discurso.
Lo mismo ha denunciado Bel Pozueta, de Bildu, quien asegura que el PSOE se ha “equivocado enormemente” con esta reforma. “No solo por nosotras, sino por los millones de mujeres que verán como lo que suponía un avance, se va por la borda”, ha lamentado la diputada vasca, que considera que la reforma del Código Penal “permitirá que una sentencia como la de La Manada vuelva a producirse”. Todo ello pese a que, según ha señalado, su grupo ha intentado “todo” para evitar este escenario y “proteger el corazón de esta ley”, el consentimiento. “No ha sido posible por la profunda negativa del PSOE a acordar”, ha acusado
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